Cedaen. Residencia de ancianos
 

Mayores con Parkinson. Alto riesgo de caidas

 

Hoy os damos algunos consejos si tenéis algún familiar con Parkinson

CEDAEN Parkinson y caidas
 
A CEDAEN nos llegan muchas consultas sobre enfermos con Parkinson que han tenido graves lesiones por caídas. En muchos casos las caidas son el origen del ingreso de estos mayores ya que sus familiares temen que se repitan.
Lea esta noticia para conocer mejor el origen de las caidas y posibles soluciones
 

¿Qué contribuye a las caídas relacionadas con la Enfermedad de Parkinson?

A pesar de que muchas personas atribuyen las caídas a los síntomas motores del Parkinson, y ciertamente éstas a menudo son responsables, hay muchos otros factores que contribuyen a las caídas. Tomar consciencia de ello es el primer paso para prevenir una caída.

Síntomas motores.

Los síntomas motores primarios del Parkinson, tales como la rigidez (agarrotamiento) y la bradicinesia (lentitud de movimientos), junto a cambios relacionados con la postura, contribuyen al riesgo de caídas. La rigidez axial, la que significa una flexibilidad y adaptabilidad reducida en el cuello y tronco, dan como resultado inestabilidad en la postura (pérdida de equilibrio), incrementando las posibilidades de que una persona se caiga. Los problemas con el centro de la masa, o centro de gravedad, también contribuyen a las caídas.

Las caídas también pueden ocurrir debido a un daño en los reflejos de la postura (un complejo conjunto de movimientos que hacemos automáticamente para mantener el equilibrio cuando nos ponemos de pie y caminamos); los cambios en la postura (una tendencia a inclinarse hacia adelante con postura encorvada y andar desordenado); y la paralización (la incapacidad de iniciar movimiento, como si los pies estuviesen pegados al suelo).

Otro factor de riesgo para las caídas relacionadas con Parkinson es una consecuencia de los problemas que algunas personas tienen con su visión, tales como la visión doble o borrosa y cambios en la percepción de profundidad.

Síntomas no motores

También hay síntomas no motores que pueden incrementar el riesgo de caídas. Por ejemplo, una persona con enfermedad de Parkinson puede experimentar una disminución en la presión arterial cuando se levanta tras haber estado sentada o recostada, lo que a su vez produce mareo y puede causar una caída.

Luego está el estreñimiento, el cual incrementa el riesgo de sufrir caídas en el baño porque puede motivar a una persona a esforzarse por evacuar sus intestinos. Esto, a su vez, puede estimular una baja en la presión sanguínea y un aumento o disminución de la presión arterial — lo que a veces ocasiona mareos y caídas. El estreñimiento también causa presión física sobre la vejiga, lo cual contribuye a la incontinencia urinaria. Esto puede resultar en caídas conforme una persona se apura para ir al baño o se resbala por causa de orina regada en el suelo.

La fatiga y el cansancio debidos a dificultades en el sueño, o la falta de este, también son factores de riesgo escondidos, ya que son reacciones de tensión y emocionales a los eventos de la vida. Mientras el estrés tiende a empeorar los síntomas en general, muchas personas con Parkinson también desarrollan un miedo y ansiedad cada vez mayor y discapacitante con respecto a las caídas.

Por último, hay problemas con la función ejecutiva en el Parkinson — la capacidad de seleccionar, inhibir, organizar y secuenciar información y las funciones relacionadas. Esto puede llevar a la distracción, causando un aumento en el riesgo de caídas.

Otros.

El hogar, si no ha sido adaptado a las necesidades de alguien con Parkinson, también puede presentar riesgo de caídas. Esto podría deberse a la presencia de obstáculos físicos, tales como los muebles, o porque la otra persona se siente tan cómoda en casa que no está atenta al riesgo de una caída.

¿Cómo pueden prevenirse las caídas relacionadas con la Enfermdad de Parkinson?

Las caídas relacionadas con el Parkinson no son responsabilidad de las terapias médicas o quirúrgicas, pero hay algunas medidas que las personas con Parkinson pueden tomar para ser más conscientes y disminuir su riesgo. Hable con el equipo de cuidado de su salud

EL primer paso en la prevención es que la persona con Parkinson converse con el equipo de personas que le brindan servicios para el cuidado de su salud, incluyendo un médico, una enfermera y otros profesionales. Un profesional en el cuidado de la salud puede ayudar a una persona a evaluar si las medicaciones o un riesgo físico, tensional o ambiental están contribuyendo con el riesgo de caídas. La correcta detección e interpretación de cualquier perturbación en el andar o el equilibrio son esenciales para planear una terapia óptima. Un profesional de la salud también puede evaluar el equilibrio utilizando medidas como la Escala de Equilibrio de Berg.

Por último, el régimen actual de medicamentos de una persona puede necesitar evaluación y ajustes. Generalmente, el mensaje de la prescripción cuando se refiere a las caídas es 'mientras menos, mejor.' Un plan ideal incluye un análisis volumétrico (esto es, pequeños ajustes en la dosificación de la medicación o la frecuencia de las dosis) que ayudará a optimizar el funcionamiento en una persona.

Ejercicio. El ejercicio supervisado tiene un rol esencial en el mantener a una persona con enfermedad de Parkinson sana y capaz de participar en actividades cotidianas. Para reducir el riesgo de caídas, son ideales los ejercicios que son relativamente difíciles y fortalecen el equilibrio de una persona, combaten la rigidez axial y mejoran la flexibilidad. Estos ayudan a mantener la estabilidad en la postura y la movilidad necesaria para evitar caídas. Los ejercicios también potencian la consciencia propia sobre la ubicación de su centro corporal, lo que puede mejorar el equilibrio.

Hacer el hogar más seguro Hacer ajustes en el hogar también puede ayudar a prevenir caídas. El uso de una adecuada iluminación y contraste en el color de las paredes puede ayudar, así como el uso de patrones a seguir en las baldosas en el piso o las alfombras. Eliminar los brillos y el desorden, los cuales pueden distraer y ser inseguros, también podría ayudar. En el baño, el uso de superficies antideslizantes y pasamanos puede ayudar a reducir el riesgo de caídas. El entrar y salir del baño y la cama puede ser más fácil cuando se utiliza una silla estable. Usar un inodoro más elevado y las camas bajas también ayuda a reducir lesiones cuando alguien se levanta o acuesta. Podría ser útil colocar los muebles cerca y juntos para que, mientras camina, haya un "camino del que sujetarse" que permita a la persona con Parkinson tocar algún mueble para iniciar su movimiento, pero que no le impida el paso.

Otros consejos son el mantener apropiadamente — y usar apropiadamente — tales ayudas ambulatorias como los pasamanos, los báculos, los bastones, andadores, monopatines y sillas de ruedas. Y un consejo adicional: al elegir el calzado, asegúrese de favorecer la seguridad sobre la belleza.

Conclusiones La prevención de caídas es un componente importante de la vida con Parkinson. Conversando con el equipo del cuidado de la salud, ejercitándose y haciendo el hogar más seguro, una persona con Parkinson puede reducir su riesgo de caer y mejorar su calidad de vida.





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