Este sistema no requiere de punciones o inserciones invasivas de sensores dentro del cráneo, las mediciones se realizan con sensores en un casco de aspecto futurista.
El casco contiene docenas de electrodos capaces de medir la actividad cerebral a través del cráneo, a partir de los impulsos eléctricos del cerebro.
Los resultados pueden ayudar a los profesionales a perfilar la función cerebral y los cambios registrados en el tiempo, y en el caso de ser necesario, los médicos podrían encontrar los tratamientos más eficaces para trastornos como el Parkinson o el Alzheimer.
El sistema es capaz de reconocer más de siete mil funciones diferentes del cerebro y sus anomalías, con lo que es posible detectar el desencadenamiento de casi cualquier enfermedad neurodegenerativa.
Los avances en el conocimiento de cómo funciona el cerebro son cada día más evidentes aunque aun sigue siendo un misterio.