Cada vez hay más evidencias de que la flora intestinal, juega un papel en nuestra salud que va mucho más allá de la regulación de nuestras digestiones.
Se sabe que los probióticos proporcionan protección parcial contra ciertas diarreas infecciosas, síndrome del intestino irritable, enfermedad inflamatoria intestinal, eccema, alergias, resfriados, caries dental y enfermedad periodontal. Pero, ¿no hay una forma más segura de influir sobre la flora intestinal y, así, tratar el alzheimer?.
Investigadores de la Universidad de las Ciencias Médicas de Kashan (Irán), muestran que una dosis diaria de probióticos con bacterias ‘Lactobacillus’ y ‘Bifidobacterium’ tomados durante un periodo de sólo 12 semanas, en personas con edades comprendidas entre 60 y 95 años, mejoraron sus funciones cognitivas a la vez que se redujo su nivel de triglicéridos.
Estos estudios que se han llevado a cabo con ratones, han constatado que los probióticos no solo reducen los síntomas de la depresión y la ansiedad, sino que también mejoran la memoria y el aprendizaje.
Este estudio concluye: que el cambio en los ajustes metabólicos podría ser un mecanismo por el cual probióticos afectan a la enfermedad de Alzheimer y posiblemente otros trastornos neurológicos.
Cedaen, como residencia de tercera edad que trata el alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas, Apoyamos a todos esos proyectos que puedan mejorar la calidad de vida estos pacientes.